jueves, 13 de noviembre de 2014

Todo sobre mí

Los profesores de segundo de primaria decidimos comenzar el calurosísimo septiembre permitiendo que los alumnos, como no podía ser de otra manera, hablasen sobre ellos mismos. Así que, con la colaboración de sus familiares, prepararon una misteriosa caja en la que incluyeron objetos que permitían aprender un poquito sobre ellos: su deporte favorito, una fotografía que les gustase... incluso un objeto cuidadosamente envuelto que ellos mismos no descubrieron hasta el final.
Cada objeto de la caja daba pie a hablar, escuchar, describir, opinar, hacer un inventario en orden alfabético... (PARA CONTINUAR PULSA EN "LEER MÁS").





Ahí habéis visto a unas alumnas jugando a las preguntas. Habían preparado algunas cuestiones sobre la fotografía que habían traído (redactar, aprender a hacer los signos de interrogación, acentuar las palabras preguntonas...) y sobre las de los compañeros: era necesario tener buena memoria porque se debía contestar una vez la foto se ocultaba. ¡¡Un juego gratis, hecho por ellos mismos!!
Pero la misma caja también permitió aprender: con ella medimos en centímetros el largo, el ancho, la longitud de una torre formada por todas las cajas, analizar qué formas y prismas conocíamos... 






Como comentamos al principio, en los últimos días en que hablaron sobre ellos mismos, descubrieron lo que sus padres habían envuelto cuidadosamente: un objeto especial en la vida de cada niño.




Pero no todo quedó ahí. Un delicioso bollo de chocolate desapareció del aula robado por un cabezudo del Pilar, que era el disfraz de un alumno del colegio al que tuvimos que descubrir en el recreo, ¡con lo grande que es!, gracias a lo que éste (bueno, ésta, porque era Paula, de 4º) nos contó de sí misma dejando en las aulas su propia caja, descripción y objetos personales. Quienes primero la encontraron se comieron el bollo.

¡¡No paramos!! ¡¡De pasarlo bien, queremos decir!!

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