La semana pasada nos juntamos los chicos y chicas de 3º del programa "Leer juntos" y estuvimos comentando el libro que nos leímos durante Navidad: Los últimos osos polares, de Harry Horse.
Uno de los comentarios que más se repitió en la reunión fue lo curioso que nos pareció el final de la historia así que se nos ocurrió el escribir nosotros mismos una última carta y compartirlas en los comentarios de esta entrada.
¡Os animamos a todos a subir a la biblioteca y leer esta historia!
Este artículo me ha llamado la atención ya que el otro día viendo la TV vi una noticia que informaba que se estaban extinguiendo y bueno, iré a leerlo seguro que aprendo y me divierto un poco y también quiero salvar los osos polares
ResponderEliminarY yo¡¡¡¡
EliminarHola a todos.
ResponderEliminarEste es el final alternativo que se nos ha ocurrido a nosotros. Susana y Marcos A. Espero que os guste. Os animamos a leer el libro. Os encantará. Gracias.
50 de octubre
Querido nieto
Hoy me he levantado temprano, estoy nervioso y emocionado porque por fin voy a conocer a los osos polares.
He salido del iglú reptando para no despertar a Roo y al Pingüino. ¡Cómo ronca Roo!
Al final Roo me ha oído y se ha despertado. Me ha preguntado ¿ qué diablos hacía levantado tan temprano? ¡ Qué mal genio tiene, esta chica!. De un salto se ha puesto de pie y me ha dicho que los osos polares saben dónde esta el helado.
Como no nos queda comida, los tres hemos rebañado el plato de macarrones con queso de la cena de anoche. Estaba muy seco, pero es lo que hay.
Ya está amaneciendo, el cielo está limpio y azul. Hoy va ha ser un gran día, lo presiento.
Despertamos a Pingüino, se hace el remolón. Roo le lame la cara. Le ha cogido cariño.
Recogemos nuestras cosas y nos ponemos en marcha camino de la gran montaña. Después de una larga caminata, llegamos a nuestro destino. Mira Roo, allí están los osos polares. Hay un grupo de unos treinta ejemplares aproximadamente. Se acerca uno grandote, yo le tiendo la mano y el su pata, las fundimos en una apretón. Nos da la bienvenida, y me pregunta que que nos trae por aquí. Que no suelen recibir visitas… y menos de seres humanos.
Le relato al oso grandote nuestro viaje y lo feliz que me siento de conocer a los últimos osos polares. Él me da las gracias y me presenta a su gran familia. Todos son cariñosos con nosotros.
Mi querido nieto, estoy encantado de estar aquí. Ha merecido la pena.
Roo le pregunta a nuestro amigo el oso grandote ¿ dónde está el helado? Éste suelta una gran carcajada y nos conduce a la parte trasera de la montaña. A Roo le brillan los ojos y se le hace la boca agua. Roo se viene arriba y como helado hasta hartarse. Dice que sabe a fresa.
El Pingüino siente curiosidad y lo prueba. Dice que sabe a pescado y que está riquísimo.
Yo también quiero probarlo, y...¡ a mi me sabe a chocolate1, este helado es realmente especial. Ojalá tu y mamá lo pudierais probar.
Mira por donde, están aquí los lobos. Dicen que el helado les sabe a Saco Viejo. ¡son incorregibles!
Nuestro amigo el oso grandote nos piede que antes de emprender nuestro viaje de regreso a casa trasmitamos un mensaje a los seres humanos: Cuidad nuestro planeta, para que todos podamos seguir disfrutando.
Mi querido nieto, si quieres conseguir un sueño, persíguelo y no pares hasta alcanzarlo. Yo lo he logrado y es una sensación maravillosa.
Dile a mamá que esté tranquila, que volvemos a casa. El Pingüino se queda a vivir con los osos polares.
Un beso
Tu abuelo.